FELIZ AÑO 2008
JAVIER CELAYA
EL PAÍS -31/12/2007
El lanzamiento del nuevo dispositivo de lectura de libros electrónicos Kindle, realizado por la librería virtual Amazon, ha sido recibido con bastante recelo por parte de los editores y libreros españoles. Como ya es habitual ante la irrupción de cualquier tipo de innovación en el sector editorial, la mayoría se ha centrado en analizar los supuestos aspectos negativos de este nuevo soporte de lectura, mientras que muy pocos han intentado identificar los beneficios derivados que tendrá la consolidación de este tipo de dispositivos en la promoción del libro y en el fomento de la lectura.
EL PAÍS -31/12/2007
El lanzamiento del nuevo dispositivo de lectura de libros electrónicos Kindle, realizado por la librería virtual Amazon, ha sido recibido con bastante recelo por parte de los editores y libreros españoles. Como ya es habitual ante la irrupción de cualquier tipo de innovación en el sector editorial, la mayoría se ha centrado en analizar los supuestos aspectos negativos de este nuevo soporte de lectura, mientras que muy pocos han intentado identificar los beneficios derivados que tendrá la consolidación de este tipo de dispositivos en la promoción del libro y en el fomento de la lectura.
Los más críticos han señalado rápidamente que otras iniciativas similares de comercialización de libros electrónicos, como los eReaders, de Palm, o Sony, no han logrado tener demasiado éxito de mercado y que, por tanto, Kindle también fracasará. Coincido con ellos en que la primera versión de Kindle tampoco será el soporte de lectura definitivo, pero como todo nuevo producto electrónico sus siguientes versiones irán mejorando sus actuales deficiencias y añadiendo nuevas funcionalidades.
Al igual que la primera versión del iPod, que fue también ampliamente criticada, marcó en 2001 un antes y un después en el sector discográfico, la nueva apuesta Amazon va a transformar nuestros hábitos de búsqueda, compra y lectura de libros. Por primera vez, los lectores tienen en sus manos un nuevo dispositivo de lectura con un amplísimo fondo de libros digitalizados (cerca de 90.000 títulos) por un precio que no llega a ocho euros cada ejemplar.
Kindle nos permite almacenar hasta 200 libros, lo que significa que a partir de ahora nos podremos llevar casi toda nuestra biblioteca personal de viaje. Además, podemos escuchar la voz del autor a través de archivos sonoros podcast o ver imágenes de los lugares que se describen en la novela. También nos permite subrayar textos y anotar comentarios, pero una de las funcionalidades más destacadas es la posibilidad de conectarse a la Red para leer contenido sindicado de periódicos digitales o blogs o para hacer consultas en buscadores o en Wikipedia.
¿A qué se debe tanta crítica negativa? ¿No será que la mayoría del sector editorial español no tiene aún digitalizado su catálogo de libros ni diseñado su modelo de marketing y comercialización de libros en Internet? A lo largo de la historia empresarial hemos visto en varias ocasiones cómo externamente se hacían fuertes críticas negativas para frenar la demanda de determinado producto o servicio, mientras que internamente esa misma empresa llevaba a cabo un riguroso proceso de análisis interno con el fin de transformar su modelo de negocio.
Y los libreros, ¿son conscientes de los cambios que se avecinan? Desgraciadamente, la mayoría considera que estos nuevos soportes no son un peligro para su negocio... La digitalización de libros conllevará la desaparición de muchas librerías tradicionales que darán paso a nuevas librerías que llegarán a convertirse en un punto de encuentro donde los lectores comprarán estos nuevos soportes y se descargarán los libros en formato digital, siguiendo las recomendaciones del librero u otros lectores, o gestionarán pedidos de impresión de libros bajo demanda.
Estamos viviendo un cambio de época donde la manera de transmitir el conocimiento, que tradicionalmente estaba basado en los libros de tapa dura y la prensa escrita, empieza a complementarse con otros soportes de lectura y comunicación. Durante una o dos generaciones no van a desparecer los libros en tapa dura, ni los de bolsillo, ni la prensa escrita, pero nuestros hábitos de lectura y escritura están ya cambiando debido a la irrupción de las nuevas tecnologías.
¿Cuándo estarán las editoriales y librerías españolas preparadas para afrontar los retos del siglo XXI y comenzar a vender o alquilar sus libros en formatos electrónicos con el fin de incrementar el índice de lectores en este país? Los profesionales del libro deberían tener en cuenta que toda aquella actividad que tenga o conlleve un elemento electrónico tiene asegurado un interés inicial por parte de los jóvenes. ¿Por qué no utilizamos estos nuevos soportes para atraer su curiosidad hacia el contenido de los libros? Estos dispositivos permiten crear espacios de lectura y escritura más cercanos a su manera de comunicarse, lo que motivará su placer por leer en el futuro todo tipo de textos en todo tipo de soportes.
Javier Celaya es socio-fundador del portal cultural Dosdoce.com
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